Actividad Física



El estilo de vida juega un papel importante en la prevención de la hipertensión arterial como también en su control y la prevención de complicaciones una vez que se ha diagnosticado la hipertensión (HTA). Dentro de los hábitos del estilo de vida que contribuyen para controlar los valores de presión arterial, está el nivel de actividad física diario de la persona. La inactividad física es un factor de riesgo importante para el desarrollo de la HTA y de enfermedades cardiovasculares y metabólicas asociadas a la HTA.

Por otro lado, la actividad física regular es una herramienta fundamental en la prevención primaria de la hipertensión arterial así como en el tratamiento y control de los pacientes hipertensos disminuyendo la mortalidad en hasta 30%.

Beneficios de la actividad física en la presión arterial
Los efectos benéficos de la actividad física (AF) se ven en todos los grados de HTA y la AF está indicada, en general, para todos los pacientes hipertensos con o sin terapia medicamentosa como complemento esencial al tratamiento. Los mecanismos por los cuales el ejercicio disminuye la presión arterial aún no están totalmente claros pero pueden ser explicados por disminución en los niveles plasmáticos de norepinefrina, aumento en los niveles circulantes de sustancias vasodilatadoras, disminución de la hiperinsulinemia y alteración en la función renal.

Los beneficios de la actividad física regular en la hipertensión arterial pueden ser explicados por diversos mecanismos:

Cardiovasculares: mejora la frecuencia cardiaca, el gasto cardiaco, la resistencia vascular periférica, el volumen plasmático y la densidad capilar. Mejora las respuestas vasculares estimulando la vasodilatación mediada por la secreción del óxido nítrico y aumentando la función endotelial. Además el ejercicio promueve, a lo largo del tiempo, adaptaciones estructurales en los vasos sanguíneos que aumentan su longitud y su diámetro así como la angiogénesis (formación de nuevos vasos sanguíneos).

Composición corporal: mejora la masa muscular y disminuye la grasa corporal subcutánea y la grasa intraabdominal.

Adaptaciones Neuro-hormonales: puede disminuir la actividad del sistema renina-angiotensina, disminuye la actividad del sistema nervioso simpático, y actúa contra la hiperinsulinemia y resistencia a la insulina del paciente mejorando la sensibilidad a la insulina y los niveles de glicemia. También ejerce efectos anti inflamatorios.

Disminuye el estrés oxidativo asociado a la patogénesis de la HTA.

Comportamiento: disminuye el estrés, ansiedad y mejora el patrón de sueño

Además, el ejercicio tiene potentes efectos cardio-protectores por tener un efecto anti arterioesclerosis (mejorando el perfil lipídico del colesterol total, triglicéridos, LDL y HDL), anti trombótico (previniendo la formación de coágulos y trombos), anti isquémico (evitando isquemia e infarto del miocardio y accidente vascular encefálico), y anti arrítmico (minimizando arritmias del corazón).