1. Introducción
A lo largo del último siglo nuestros hábitos de vida han cambiado enormemente, volviéndose progresivamente más sedentarios, por lo que la cantidad de energía que consumimos para nuestra actividad diaria ha disminuido. En paralelo, con respecto a la nutrición se observa un aumento de la proporción de productos de elaboración industrial, que conllevan una elevada cantidad de aporte calórico a partir de alimentos, en muchas ocasiones, de mala calidad.
"Hay un problema de adaptación..."
Esta rápida evolución cultural, no se condice con la evolución biológica a través de los siglos. Nuestros antepasados se alimentaban de la caza, la pesca y la recolección, lo que les suponía una gran actividad física con un gasto enorme de energía. Esta dificultad para conseguir alimento los llevaba a comer en abundancia cuando tenían comida, y a largos periodos de tiempo de escasez de alimento. Es por ello que la selección natural ha premiado a aquellos individuos con una mayor capacidad para acumular grasas, ya que así aumentaban su capacidad de supervivencia en épocas de escasez.
Se puede decir entonces que la obesidad es tan antigua como la humanidad, y que se consideraba como una garantía de supervivencia ante las enfermedades y la incertidumbre por la cantidad de alimento disponible. Por ello era considerada como buena, deseable e incluso como símbolo de estatus y belleza.
Esto se trasladó también al criterio médico, ya que desde finales del s. XIX y hasta principios del s. XX se pensaba que tener de 10 a 20 kilos de exceso de peso era saludable y servía de protección contra enfermedades, mientras que ser delgado no era sano y se atribuía a enfermedades nerviosas.
Las consecuencias de lo anteriormente descrito se ven en las enfermedades que mayor carga de morbimortalidad producen en el mundo entero (enfermedades cardiovasculares).
Es a partir de los años 20 [Ver Tabla 1] cuando el conocimiento acerca de las consecuencias negativas de la obesidad para la salud ha ido aumentando. Ya en 1923 Eskil Kylin, un médico sueco, definió la asociación entre hipertensión, hiperglicemia y gota. En los años 30 la comunidad médica lo aceptaba como un problema.
A partir de los años 60 comienzan los estudios a sobre la obesidad como una patología. También aumenta el conocimiento acerca de la grasa, que se entiende como un órgano con sus propias hormonas, genética y biología celular.
El primer intento de definición del conjunto de patologías relacionadas con la obesidad y sus consecuencias negativas para la salud lo realizó Gerarld Reaven en 1988, cuando llamó 'síndrome X' a la agrupación de Resistencia a la insulina (RI), dislipidemia e hipertensión.
Con posterioridad serán varias las asociaciones internacionales que procurarán establecer criterios de diagnóstico para este síndrome al que se referirán cada una de ellas de diferente manera y con variedad de criterios, siendo finalmente reconocido su nombre como Síndrome Metabólico (SM) por la OMS en 1999.
Tabla 1
Evolución histórica de los criterios del síndrome metabólico
Denomina | Autor | Año | Criterios y factores de riesgo asociado |
---|---|---|---|
Hitzenberger y Richter-Quittner | 1921 | Hipertensión y normalidades metabólicas | |
Marañón | 1922 | Hipertensión y diabetes mellitus | |
Kylin | 1923 | Síndrome hipertensión-hiperglucemia-hiperuricemia | |
Vague | 1947 | Obesidad ginoide y androide; diabetes, hipertensión, gota y aterosclerosis | |
“Trisíndrome metabólico” | Camus | 1966 | Gota, diabetes e hiperlipidemia |
“Síndrome plurimetabólico” | Avogaro y Crepaldi | 1967 | Hiperlipidemia, obesidad y diabetes, y su asociación con hipertensión y enfermedad coronaria |
“Síndrome de opulencia | Mehnert y Kuhlmann | 1968 | Conexión de estos trastornos con la nutrición y los cambios en el estilo de vida de los países desarrollado |
“Síndrome Metabólico” | Hanefeld y Leonhardt | 1981 | Diabetes de tipo 2, hiperinsulinemia, obesidad, hipertensión, hiperlipidemia y trombofilia, sobre una base genética y de influencias medioambientales: sobrealimentación, sedentarismo, arteriosclerosis |
“Síndrome X” | Gerald Reaven | 1988 | Factores de riesgo cardiovascular y diabetes: hipertensión arterial esencial, resistencia a insulina, hiperglucemia, dislipemia y grasa abdominal |
“Cuarteto de la muerte” | Kaplan | 1989 | Adiposidad central, intolerancia a la glucosa, hipertrigliceridemia e hipertensión; importancia en el desarrollo de la enfermedad cardiovascular |
Organización Mundial de la Salud (OMS) | 1998-1999 | Utiliza la ratio cintura/cadera, que debe ser ≥ 0,9 en hombres y ≥ 0,85 en mujeres o un IMC ≥ 30 kg/m | |
National Cholesterol Education Program- Expert Panel on Detection, Evaluation, and Treatment of High Blood Cholesterol in Adult: (NCEP ATPIII) | 2001 | Alto riesgo cardiovascular, con colesterol de las lipoproteínas de baja densidad (LDL) (c-LDL)alto, con obesidad central:≥102cm hombre, ≥88cm mujer, con triglicéridos altos, con colesterol HDL (c-HDL) bajo, hipertensión arterial y glucemias ≥ 110 mg/dL | |
Grupo europeo para el estudio de resistencia a la insulina (EGIR) | 2002 | Relación entre la sensibilidad a la insulina y las enfermedades cardiovasculares; Circunferencia cintura varones >94 cm, mujeres >80 cm | |
National Cholesterol Education Program- Expert Panel on Detection, Evaluation, and Treatment of High Blood Cholesterol in Adult: (NCEP ATPIII) | 2005 | Disminuyó las cifras de tensión mínimas,que en 2001 eran ≥ 135/85 mmHg, a 130/85 mmHg o cifras normales en hipertensos con tratamiento establecido, y la glucemia pasó a ser ≥ 100 mg/dL | |
“Síndrome metabólico” | International Diabetes Federation (IDF) | 2005 | Circunferencia de cintura como criterio imprescindible, además de dos, de los siguientes, hiperglucemia, hipertrigliceridemia e hipertensión |
International Diabetes Federation Task Force on Epidemiology and Prevention National Heart,Lung, and Blood Institute American Heart Association World Heart Federation International Atherosclerosis Society and International Association for the Study of Obesity |