La población masculina es más propensa al síndrome metabólico que las mujeres en la edad adulta.
Esto es debido a que existe un dimorfismo sexual, que empieza a manifestarse en especial a partir de la adolescencia. En el sexo femenino la distribución de la grasa es mayoritariamente distal y subcutánea lo que se conoce como obesidad ginoide o pera, mientras en los hombres la distribución de la grasa es de preferencia central siendo central-visceral en lo que se conoce como obesidad de tipo androide.
Las mujeres producen estrógenos que las protegen de la elevación de grasas, ya que su organismo utiliza el colesterol para producir más hormonas.
Por el contrario, los hombres tienen menor cantidad de estrógenos y son más propensos a acumular grasa en el contorno de cintura (obesidad tipo androide) la misma que obstruye la circulación, causa hipertensión y tapa arterias vitales del corazón, cerebro y pulmones.
Se puede decir entonces que ser hombre es un factor de riesgo para padecer enfermedades de tipo cardiovascular.
En hombres la edad el aumento de enfermedad cardiovascular se da entre la década de los 40 y 60 años. Mientras que, en las mujeres, la frecuencia de SM es similar en todas las décadas estudiadas y tiene más que ver con la menopausia.
También se ha relacionado una mayor obesidad central en hombres con la disminución de la hormona testosterona. A niveles más bajos de testosterona mayor perímetro de cintura.
La edad, sedentarismo, tabaquismo y falta de práctica de ejercicio físico son factores que promueven la aparición de SM de la población en general y por tanto también son factores de riesgo para el género masculino. También una mala alimentación, constituida por alimentos hipercalóricos de bajo poder nutritivo y alto nivel de azúcar, grasas saturadas, alto contenido de sal.
Además de estos componentes clásicos, en los últimos años se han considerado otros elementos de posible impacto en la fisiopatología de este síndrome, como son los esteroides sexuales y los glucocorticoides. Algunos autores proponen considerar el hipogonadismo masculino como una condición asociada al síndrome metabólico.
También se ha relacionado SM con el descenso del nivel de fertilidad.